En las últimas sesiones, los miembros de la Comisión de Educación se han visto inmersos en la ociosa tarea de crear más universidades públicas. Así, dejando de lado la discusión de un importante predictamen que propone una nueva ley universitaria u olvidando la necesidad de investigar el escandaloso caso de la Universidad Alas Peruanas, se han seguido creando más universidades sin criterios realmente razonables.
¿Necesitamos más universidades? El Perú no tiene un problema de demanda sino de oferta universitaria. Es decir, no se necesita más centros universitarios si primero no se mejora la calidad, tanto en enseñanza como en investigación, de las que ya existen. Además, según la Ley Universitaria vigente, la creación de universidades está sujeta a la acreditación de su necesidad, así como a la disponibilidad de personal docente calificado y los recursos que aseguren la eficiencia de sus servicios. ¿Se han tomado en cuenta estos criterios en la creación de los últimos centros universitarios? Parece que no.
Por ejemplo, la Universidad Nacional de Juliaca (Ley 29074) ha sido creada sin un Proyecto de Desarrollo Institucional (PDI) y sin que se especifiquen las carreras que ofrecerá y la demanda que estas cubrirían. Otro es el caso de la Universidad Nacional de Cañete (Ley 29488), que ha sido creada el año pasado sobre la base de las sedes provinciales de la Universidad del Callao y de la Universidad Faustino Sánchez Carrión. Además, al igual que la Universidad de Juliaca y la recién creada Universidad de Jaén (Ley 29304), esta tampoco cuenta con un PDI que detalle su real necesidad en la provincia. En esta misma situación se encuentra la recién creada Universidad Nacional Autónoma de Chota.
Pero hay más. En la actualidad, en la Comisión de Educación existen varios proyectos de ley que proponen la creación de más universidades sin contar con las pautas técnicas y económicas pertinentes. Así, están por debatirse el proyecto 2050/2007-CR, que propone la creación de la Universidad Nacional de Huanta; el proyecto 2169/2007-CR, que propone crear la Universidad Nacional de Frontera (Sullana); el proyecto 03389/2009-GL, que propone crear la Universidad Nacional de Barranca sobre la base de la filial de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo; el proyecto 03375/2008-CR, que propone crear la Universidad Nacional Ciro Alegría de Huamachuco; el proyecto 03661/2009-CR, que propone denominar Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología – Andrés Avelino Cáceres al Instituto Científico y Tecnológico del Ejército, entre otros más.
Al respecto, es necesario diferenciar entre el rol que cumple una filial universitaria, un instituto técnico y una universidad, por lo que convertir los dos primeros en lo tercero resulta inadmisible. Una filial es una proyección de la universidad, es decir, forma parte de su sistema de enseñanza, por lo que carece de lógica convertir esta sucursal en una universidad. Por otro lado, mientras un instituto busca la aplicación del conocimiento, la universidad también debe crear conocimiento, por lo que sus objetivos son distintos.
Entonces, ¿por qué los congresistas siguen votando a favor de crear más universidades? Al parecer, en pleno año electoral, nuestros padres de la patria no quieren perder la oportunidad de generar algún rédito político satisfaciendo intereses clientelistas con la creación de estas universidades. Es lamentable que, desde una instancia representativa como es dicha comisión congresal, donde se deberían discutir y crear normas a favor de este sector, se siga dañando la grave situación de la universidad peruana.
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