Datos personales - Centro Federado de Derecho - Unasam

Organización democrática de representación gremial de los estudiantes de la FDDCCPP - UNASAM. Tiene por finalidades realizar actividades que contribuyan a la mejora de la escuela promoviendo el trabajo conjunto y coordinado con los estudiantes de base, además de canalizar las inquietudes de estos a las autoridades, defender sus derechos y representarlos ante directivos y otros estamentos. La Junta Directiva que dirige el CENTRO FEDERADO cada año tiene como deber escuchar los lineamientos de bases para condicionar su accionar. Está compuesta por 5 secretarías, pero la autoridad máxima de decisión es la Asamblea General de Estudiantes.

viernes, 29 de octubre de 2010

PRONUNCIAMIENTO DE UNIDAD A FAVOR DE LOS COMPAÑEROS DE EDUCACION CIENCIAS SOCIALES Y COMUNICACIÓN Y ANTE LOS ACTOS DE CORRUPCION DE NUESTRA UNIVERSIDAD

PRONUNCIAMIENTO DE UNIDAD A FAVOR DE LOS COMPAÑEROS DE EDUCACION CIENCIAS SOCIALES Y COMUNICACIÓN Y ANTE LOS ACTOS DE CORRUPCION DE NUESTRA UNIVERSIDAD

Ante el abuso y prepotencia y negativa del rector de nuestra universidad con los compañeros de la facultad de educación ciencias sociales y comunicación, ante la asignación de solo 7 de los 24 que requieren la Mesa Directiva de la FDDCCPP manifiesta:
1. Que lamentamos la actitud asumida por nuestro Rector Fernando castillo Picón por negarse al dialogo abierto y no haber previsto que la facultad de educación cuente con mas aulas dada su población estudiantil, así como por la presunta sobrevaloración de las obras de la ciudad universitaria, como del aula de telemática.

2. Que saludamos el apoyo de varias facultades con sus centros federados. Sin embargo, lamentamos que en este esfuerzo no estén los actores que participan en la vida universitaria como los gremios estudiantiles y de docentes.

3. Que nos mostramos de acuerdo con la posición asumida por la facultad de ciencias sociales y comunicación así como de los demás gremios estudiantiles.

4. hacemos un llamado a los miembros de la Asamblea Universitaria y el Consejo Universitario a tomar su rol activo y tomar posición respecto a la actual problemática.

5. Que se hace necesario retomar el debate sobre la universidad peruana sin excluir a la universidad privada de la nueva legislación que surja. Asimismo, esperamos que en el nuevo debate se incluya a todos los actores involucrados en la mejora de la educación superior en el Perú

6. Que llamamos a los congresistas a aprobar de unas ves toda la nueva ley universitaria.

7. Hacemos un llamado a todos los centros federados a hacer un balance de sus gestionas, así como un balance de nuestro actuar interno y externo en aras de recuperar nuestra presencia institucional, académica y política tan venida a menos últimamente por dirigentes estudiantiles que no son capaces de comprender este problema que es nacional y de la que nadie escapa..

8. Un llamado a toda la comunidad santiaguina a tomar posición y solidarizarse con esta medida recuperando el principio de solidaridad, ya que la problemática de cada facultad es el fondo de toda la universidad.

9. Finalmente exhortamos a realizar una lucha inteligente, legal, participativa y pragmática, reconociendo solo al presidente de la feunasam, como al representantes de la facultad de educación ciencias sociales y comunicación de educación como los inicios voceros oficiales de esta lucha.

MESA DIRECTIVA DEL CENTRO FEDERADO DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS DE LA UNASAM

DIZQUE UNIVERSIDADES

Disfrazado de un Decreto Legislativo con el fin de incentivar la inversión privada en la educación, el Decreto No 882, presentado durante la dictadura fujimorista, ha permitido que universidades que no merecen el rótulo se alcen a diestra y siniestra en todo el país. El escándalo develado hace pocas semanas respecto a la Universidad Alas Peruanas pone en relieve el lamentable estado de la educación superior en el Perú y la existencia de “dizque universidades” que no cuentan con la calidad educativa necesaria para ser consideradas como tales.

Según las estadísticas de la Asamblea Nacional de Rectores, que lamentablemente se encuentran actualizadas solo hasta el 2006, en el Perú existen alrededor de 100 universidades. En Lima metropolitana hay 22 universidades institucionalizadas, entre públicas y privadas, y 10 universidades con autorización provisional. Cabe mencionar que desde la creación del Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades (CONAFU), en enero de 1995, se ha autorizado el funcionamiento definitivo de 12 universidades en 14 años. Pero, lo más increíble, es que solo se han reconocido 34 filiales universitarias a nivel nacional, y actualmente ¡funcionan clandestinamente más de 500! Como vemos, la CONAFU no ha cumplido su deber.

Como si fuera poco, en el Perú no tenemos, a diferencia de otros países, un Sistema Nacional de Acreeditación autónomo. El Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE), a través de su brazo universitario el Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Educación Superior Universitaria (CONEAU), carece de la autonomía y el personal competente, razón por la cual el establecimiento de los estándares y los procesos de evaluación de las universidades no solo no son claros, sino tampoco idóneos, tal como se manifiesta en su actual intento de evaluación de las facultades de educación.

En este contexto, saludamos el Proyecto de Ley No 2340/2007-CR propuesto por Mercedes Cabanillas, parlamentaria aprista, pues resulta una iniciativa positiva ya que propone suspender el mencionado decreto fujimorista a fin de frenar el surgimiento de universidades empresa que no imparten una educación de calidad, ni desarrollan la investigación universitaria. Este Proyecto de Ley no solo propone la suspensión del Decreto No 882, sino que además sugiere que tanto las universidades nuevas como aquellas creadas al amparo del decreto fujimorista, sean aprobadas por la CONAFU para funcionar.

La iniciativa es positiva, sin embargo, cabe señalar un posible error en la propuesta pues se le da al CONAFU la facultad de evaluar las universidades creadas y señalar los estándares para las futuras universidades cuando ya lo han venido haciendo y con muy poco éxito. Como propone Nicolás Lynch, sería mejor ceder esta potestad a una comisión de expertos sin intereses y no se puede tratar de un espacio dirigido por ex rectores. Sin universidades de calidad, el Perú seguirá atrasado en Educación y esa factura la pagamos, a diario, todos los peruanos.

VUELVEN A GANAR LAS MAFIAS

El martes pasado ocurrió un hecho que ensombrece el camino hacia una educación universitaria de calidad en el país. En la Comisión de Educación del Congreso se archivó el predictamen que propone una nueva ley universitaria. Esta propuesta fue un esfuerzo por sintetizar 15 proyectos de ley presentados a lo largo de los dos últimos periodos congresales y que ha sido discutida en una docena de audiencias públicas nacionales en los últimos años. Entonces, ¿por qué no se ha querido discutir?

Esta historia comienza en 2001, cuando se promueve el proyecto de Segunda Reforma Universitaria con el desafío de construir un sistema universitario de calidad. Mediante la Resolución Suprema, se crea la Comisión Nacional por la Segunda Reforma Universitaria (CNSRU), que preparó un Anteproyecto de Ley Universitaria y un diagnóstico sobre la situación de la universidad.

Entre 2004 y 2006, se llevaron a cabo foros públicos en diferentes universidades de Lima y provincias para discutir los pormenores de la propuesta de ley universitaria que debería reemplazar a la ley 23733 promulgada en 1983. Estos foros se constituyeron en espacios de encuentro y discusión entre representantes de la comunidad universitaria y de la sociedad civil, cuyos aportes enriquecieron las contribuciones realizadas por la CNSRU.

Estas contribuciones fueron recogidas por la actual Comisión de Educación del Congreso que organiza nuevas reuniones de consulta en Lima y en el interior del país, para llegar a un predictamen que plantea, entre otras cosas, principios y normas que deberán presidir a todas las universidades sin distingo sobre su origen. Recordemos que, actualmente, las universidades públicas se rigen por la ley 23733 mientras que la mayoría de las privadas lo hacen mediante el DL 882 promulgado durante el gobierno de Fujimori, que crea las “universidades con dueño”. Asimismo, se señala que la universidad es, por encima de todo, un centro de investigación y enseñanza que debe crear nuevos conocimientos a favor del desarrollo del país.

Luego de los escándalos de corrupción generados a raíz del caso de la Universidad Alas peruanas, se necesitaba con urgencia discutir, finalmente, qué características tendría esta nueva ley universitaria. Sin embargo, los Congresistas Mercedes Cabanillas (APRA), Martha Hildebrandt (Alianza por el Futuro), Yonhy Lescano (Alianza Parlamentaria), Mario Alegría (APRA) y Oswaldo Luizar (Bloque Popular) votaron en contra del dictamen y, por el contrario, apoyaron la postura de Cabanillas, para quien la Ley 23733, reformada ya 20 veces, solo necesita algunos cambios más y debería seguir vigente.

De esta manera, se archiva casi 10 años de trabajo continuo por contar con una norma que adecue a la universidad peruana al ritmo de las más prestigiosas de América Latina y del mundo. ¿Por qué se pateó el diálogo sobre esta iniciativa? ¿Qué intereses están detrás? Al parecer, la mafia que gobierna buena parte de las universidades públicas y privadas ha jugado una nueva pasada en contra de la educación universitaria de calidad, porque un cambio de esta magnitud afecta directamente sus intereses

EL ANTEPROYECTO DE LEY UNIVERSITARIA PUESTO EN DISCUSIÓN



En dos infodiarios anteriores, insistimos en la necesidad de contar con una nueva ley universitaria que adecue a la universidad peruana al ritmo de las más prestigiosas de América Latina y del mundo. Ahora les presentamos las novedades que trae el anteproyecto de ley universitaria que todavía no es discutido y duerme el sueño de los justos en la Comisión de Educación del Congreso.

Este anteproyecto propone criterios similares para la creación, evaluación, acreditación y cierre de las universidades para frenar el caos originado por la existencia de diversas leyes que actualmente facilitan la creación de universidades a diestra y siniestra. De aprobarse esta ley, desaparecerían leyes especiales como el DL 882 y todas las universidades privadas deberán contar con una comunidad universitaria, para lo que deberán tener el 30% de sus profesores en situación de nombrados. De esta manera, todas las universidades formarían

parte del sistema universitario y estarían sometidas a la autoridad del mismo. Asimismo, se deja abierta la posibilidad de que cualquier universidad pueda ser cerrada sino supera las evaluaciones respectivas, lo que no ocurre actualmente.

Del mismo modo, se establecerá que las universidades otorgarán grados y títulos a nombre de cada entidad y solo las debidamente acreditadas y evaluadas las otorgarán a nombre de la nación. Esto es muy significativo porque señala que las universidades deben ganarse el derecho a dar títulos a nombre de la nación y que ello no puede suceder automáticamente por el solo hecho de existir como tales.

Por otro lado, se señala la obligatoriedad de la tesis de bachiller, como un trabajo de investigación sencillo pero indispensable para culminar la formación profesional. Para fomentar la investigación en las universidades públicas, se crearía el Sistema Nacional de Investigadores Universitarios para financiar a los profesores investigadores y el Fondo Nacional de Investigación Universitaria para financiar los proyectos de investigación. Asimismo, se establecerá el presupuesto destinado al rubro de investigación (30% de los recursos directamente recaudados y no menos del 15% presupuesto asignado por el Tesoro Público). Así, se recupera para el Perú un nivel de producción de conocimientos adecuado a las crecientes exigencias de nuestro desarrollo.

Por último, se plantea una forma de gobierno para las universidades públicas e indicativo para las privadas. Se busca separar para ello la labor ejecutiva de la deliberativa, dándoles énfasis a las autoridades elegidas de rector y decano en cada uno de sus ámbitos. Así, se establecería que la Asamblea Universitaria sería un órgano esencialmente deliberativo mientras que el Consejo Universitario sería el “gabinete” del rector para que gane en eficiencia.

En esa misma perspectiva, se crearía el Consejo Nacional de Universidades, el cual reemplazaría a la Asamblea Nacional de Rectores y desempeñaría las funciones que hoy cumple el Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria. Este Consejo se nombraría mediante una votación calificada de 2/3 del Congreso de la República, escogido de ternas de candidatos que presentan las universidades públicas y privadas más antiguas (cuatro miembros), las academias y colegios profesionales (dos miembros) y el Poder Ejecutivo (un miembro), con lo cual se busca darle mayor legitimidad a la autoridad universitaria tan venida a menos en los últimos años.

Esperemos que las propuestas de este anteproyecto, y todo el esfuerzo que su elaboración le ha demandado al Estado Peruano, no sean dejados de lado y nuestros legisladores pongan manos a la obra para otorgarnos una mejor ley universitaria que cubra las demandas de este importante sector.

RECUPERAR LA UNIVERSIDAD PARA EL PERÚ

La universidad peruana se encuentra abandonada. La multiplicación de estudiantes y universidades que ocurre en las últimas décadas es un fenómeno que sucede sin proyecto y sin recursos. Esta masificación responde más al clientelismo de los políticos en el caso de las instituciones estatales y al afán de lucro de algunos empresarios inescrupulosos en el caso de las privadas, que a las demandas del mercado y/o las necesidades del país. La mayor cantidad de estudiantes van a carreras baratas de “tiza y pizarra” cuyo mercado se encuentra saturado en el corto y mediano plazo, a la par que la inversión pública en investigación básica y aplicada, cuyo agente básico es la universidad, ha disminuido en 70% en los últimos 35 años.

¿Qué queda en este páramo académico? Algunos maestros que mantienen islotes de excelencia a pesar de la adversidad y algunas universidades que como excepción pueden todavía mantener el nombre de tales. En este concierto la universidad viene dejando de ser un espacio público, de debate de ideas, producción de conocimientos y especialmente pensamiento crítico sobre los problemas del Perú. La tendencia es así a convertirse en un terreno dispuesto para el asalto y la privatización, que convoca camarillas de profesores mediocres dispuestos a medrar de la pobreza en las universidades estatales, grupos radicales que insisten en el violentismo y el amedrentamiento de antaño y dueños

insolentes que engañan estudiantes, así como toman y despiden profesores y rectores a su antojo.

La salida para esta situación es recuperar la universidad como una institución pública, más allá de si sus promotores son estatales o privados. Pública en el sentido de que es una institución que da servicios públicos como la enseñanza profesional, la investigación y la proyección social. Pública, también, porque debe ser y en buena parte de nuestra vida republicana lo ha sido, una institución de encuentro entre estudiantes y académicos de distinto origen para intercambiar puntos de vista sobre los avances del conocimiento y la situación del Perú y el mundo. Pública, asimismo, porque en sus claustros se debe formar opinión sobre lo que es de todos, llámese ciudad, región, país y nación. Pública, por último, porque es manejada por su comunidad universitaria y a ella pueden acceder, vía la gratuidad en el caso de las nacionales o el crédito y las pensiones escalonadas en el de las privadas, todos los que tengan la capacidad necesaria.

La universidad es una institución indispensable y se encuentra en emergencia. Merece por tanto la atención del país y en especial de los poderes públicos. En este sentido, en los últimos cuatro años viene discutiéndose una nueva ley universitaria en el Congreso de la República que busca atacar los problemas de fondo de esta institución, tanto en sus variantes estatal como privada. Sin embargo, diversas fuerzas que hoy gozan del desorden existente, conspiran permanentemente para que no se dé ninguna ley y puedan seguir gozando de la precariedad institucional existente.

Hay necesidad que en esta coyuntura electoral el tema se ponga a debate. No hay país que haya alcanzado el desarrollo sin una inversión importante y ordenada en la producción de conocimientos y la formación profesional. Pero ello debe de darse de acuerdo y no de espaldas a lo que demanda el desarrollo del mercado y las necesidades de la población

Estafa universitaria


El Perú es uno de los países de América Latina que menos invierte en educación superior. Por ejemplo, en 2002, el Perú dedicaba el 0,71% del PBI a educación superior mientras que Cuba le dedicaba el 3,27%; Bolivia, el 1,5%; Honduras, el 1,2%; Panamá, el 1,27% y Honduras y Nicaragua, el 1,2% (Ver: La Universidad en el Perú. Informe 2006). Asimismo, si comparamos el presupuesto destinado para educación universitaria respecto al presupuesto total, en 2000, siendo ya escuálido, este representaba el 1,49% mientras que en 2010 disminuyó a 1,33%. Esta situación afecta a la universidad pública porque no cuenta con los recursos necesarios para mejorar su oferta educativa.

El aumento más significativo para las universidades públicas se da en las décadas de 1960 y 1970, llegando en este período a 25 casas de estudio frente a las 35 que tenemos al 2010. Por otro lado, las universidades privadas crecen a partir de la década de 1990, pasando de 22 a 44 universidades particulares institucionalizadas, de las cuales 27 cuentan solo con autorización provisional de funcionamiento (Ver: Sistema de Información para la Gestión Universitaria).

Este crecimiento de la oferta universitaria ha originado dos hechos perversos. En primer lugar, una multiplicación de carreras con mercado saturado, pues casi todas las universidades quieren tener varias de las carreras más ofertadas. Así, de las 91 universidades que existían en 2007, 61 ofrecían la carrera de contabilidad; 55, la de ingeniería de sistemas; 61, la de administración; y 53, la de educación secundaria y derecho1. En segundo lugar, se ha registrado un declive en los gastos en investigación básica y aplicada como porcentaje del PBI. En 1975, el gasto en este rubro representaba el 0,36% mientras que en 2002 cayó al 0,10%. De esta manera, el aumento de la oferta privada no se traduce en aumento de la calidad educativa en este sector. Para muestra, veamos la la última versión del Ranking Web de Universidades del Mundo2, en la lista de las 100 mejores universidades de Latinoamérica, solo dos universidades peruanas aparecen en dicha lista: la Pontificia Universidad Católica del Perú en el puesto 27 y Universidad Nacional Mayor de San Marcos en el puesto 39.

Necesitamos ordenar el desgobierno en el que se ha convertido la universidad en el Perú. Un primer paso sería recuperar el concepto de “sistema universitario” que entienda a las universidades peruanas no como islas o un archipiélago de entidades independientes lo que ha sido estimulado a partir de la ley de 1983 y otras normas sucesivas, sino como un conjunto articulado que responda a una planificación adecuada y que estimule la emulación y la cooperación entre las distintas universidades.

Esperamos que el debate sobre la necesidad de una nueva ley universitaria no siga postergado. El Congreso tiene la última palabra

http://centrofederado-derecho-unasam.blogspot.com/

sábado, 4 de septiembre de 2010

Cambiaron la ley para exportar gas

Maniobras. Modificaron la ley 28634 del impuesto a la renta. Los expertos sostienen que es la modificación de una ley con nombre propio, sin un sustento técnico. Piden se derogue porque genera pérdidas al fisco.

La exportación del gas de Camisea por Perú LNG se logró a toda costa debido a que se realizaron diversas maniobras legales, entre ellas la modificación de la Ley 28634 del Impuesto a la Renta, señalan diversos expertos consultados por La República.

Para Aurelio Ochoa, experto en temas de hidrocarburos, la Ley 28634 tiene nombre propio, la cual fue promulgada el 2 de diciembre del 2005 con la única finalidad de que se lleve el gas del Perú hacia México.

Y es que, según explica el experto, esta norma está dirigida a beneficiar a una sola empresa, ya que el texto explícitamente señala que es para bienes destinados a su exportación cuyos contratos sean mayores a 15 años, y además los precios tomen como referencia el Henry Hub.

“¿Quién es la única empresa que exporta con el Henry Hub y tiene un contrato mayor a 15 años? La única empresa que tiene ello es Perú LNG”, respondió Ochoa.

El experto indicó que esta ley le permite a Perú LNG sacarle la vuelta a la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat), ya que a dicha entidad no se le permite verificar el precio de exportación del gas.

“Cuando cualquier empresa exporta, la Sunat puede comprobar el precio al cual se ha vendido el producto, pero en este caso se le ha impedido a la Sunat hacer este tipo de seguimiento. Simplemente, la Sunat se tiene que remitir a lo que declara Perú LNG por la exportación del gas”, sostiene.

En ese sentido, Carlos Herrera Descalzi, ex ministro de Energía y Minas, manifiesta que el cambio de esta ley nunca tuvo un documento con sustento técnico.

“Esta ley ha sido hecha a dedo para Perú LNG. Se modificó sin nunca tener una justificación. El Ministerio de Energía y Minas nunca demostró que la exportación del gas fuera de interés para el Perú, solo se tomo como un dogma haciendo creer al país que la exportación del gas era fundamental, y en base a ello cambiaron toda la estructura diseñada para la seguridad energética del Perú”, dijo.

Está incluido en el convenio

Una vez hecha la modificación de la ley, beneficiando así a Perú LNG, en el 2006 con las maniobras legales listas, se llevó a cabo la firma del convenio de inversión para la instalación, operación y mantenimiento de la planta de procesamiento de gas natural entre el Estado peruano y dicha empresa.

Y es en la cláusula quinta del acápite 5.10, referido a tributos, en el que se hace mención a esta Ley 28634 (ver infografía).

Esta modificación se dio cuando Pedro Pablo Kuczynski era premier y forma parte de la trama “lobbysta” para exportar los regalos de Dios que nos dejó la Shell.

Cabe indicar que esta ley explícitamente señala: “Mediante Decreto Supremo se determinará el valor de mercado de aquellas transferencias de bienes efectuadas en el país al amparo de contratos cuyo plazo de vigencia sea mayor a 15 años, siempre que los bienes objeto de la transacción se destinen a su posterior exportación por el adquiriente...”.

Reacción

"Es una ley con nombre propio porque el único contrato en el que se menciona el Henry Hub es en el contrato de exportación de gas”.

Aurelio Ochoa

Experto en temas de hidrocarburos.

Generará altas pérdidas al fisco

Aurelio Ochoa, experto en temas de hidrocarburos, consideró necesario que la Ley 28634 se derogue, ya que, de lo contrario, implicaría que el Estado peruano deje de recaudar cientos de millones de dólares.

”Con esta ley, la empresa puede estar vendiendo el gas al precio que desee y sacarle la vuelta a la Sunat declarando algo ficticio. Al hacer esto, representaría al fisco la pérdida de cientos de millones de dólares, porque Perú LNG jamás va a declarar la realidad. No quedará claro cuáles son los ingresos de Perú LNG que debe contabilizar la Sunat”, afirmó.

Rivero Lazo se acoge a Decreto 1097 y pide archivar el caso Barrios Altos

IMPUNIDAD. Era Director de Inteligencia cuando se formó el Grupo Colina. Pedido del ex jefe militar se resolverá este lunes 6 y podría abrir las cárceles a los Colina. Todo está en manos de la justicia.

César Romero Calle.

El ex jefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINTE) general (r) Juan Rivero Lazo solicitó a la 1ª Sala Penal Especial Anticorrupción el sobreseimiento (archivo) de su proceso judicial por la matanza de Barrios Altos.

Con ese pedido, presentado el viernes minutos antes del cierre de la atención del despacho judicial, se convierte en el primer procesado por violación de derechos humanos en acogerse al decreto legislativo (DL) 1097.

La solicitud de Rivero Lazo será evaluada y probablemente resuelta en la siguiente audiencia del juicio que se sigue al grupo Colina en la Base Naval del Callao, este lunes, 6 de setiembre.

Está previsto que en esa audiencia se dé por terminado el juicio y se programe la lectura de sentencia. Se desconoce cuál será el temperamento de las magistradas de la Sala Penal Especial, Inés Villa, Inés Tello e Hilda Piedra, frente al DL 1097.

La situación de Rivero ha sido defendida en varias oportunidades por el ministro de Defensa y promotor del DL 1097, Rafael Rey, como el de un oficial injustamente procesado por violación de DDHH.

Según la acusación fiscal, en la época en que Rivero dirigía la DINTE se creó el destacamento Colina. Rivero ha reconocido haber firmado diversos oficios disponiendo el pase de personal de inteligencia a disposición de los jefes de Colina.

Rivero Lazo se encuentra con libertad en el caso Barrios Altos, pero tiene órdenes de detención en otros casos, entre ellos la matanza de La Cantuta.

Dirán no al 1097

En tanto, trascendió que la Sala Penal Nacional, que tiene a su cargo los procesos por violación de DDHH, declararía inconstitucional e inaplicable el DL 1097.

“El sobreseimiento y prescripción no van a pasar, son inconstitucionales y lo han dicho el TC y la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, indicaron a La República jueces de este tribunal.

Anotaron que el sobreseimiento por vencimiento del plazo de la investigación no existe en el Código Procesal Penal del 2004 ni en ningún otra norma, “es un engendro jurídico”.

Sin embargo, los jueces sí estarían de acuerdo en otorgar libertad a los procesados por violación de derechos humanos siempre que demuestren arraigo en el país y que colaboren con la investigación.

“La mayoría de procesados por estos delitos están en libertad. El ex ministro aprista Agustín Mantilla, procesado por los crímenes atribuidos al grupo paramilitar Rodrigo Franco, está en libertad, es lo común en estos casos”, refirió la misma fuente.

Es posible que los procesados por este delito recurran a acciones de hábeas corpus, ante jueces provisionales o suplentes, en Lima o provincias, para lograr la aplicación del DL 1097.

Inconstitucionalidad

Por su parte, el grupo parlamentario Nacionalista denunció que el DL 1097 “afecta seriamente la igualdad ante la ley (...), pues estos beneficios vienen con nombre propio y se beneficia a un grupo determinado a pesar de la gravedad de los crímenes perpetrados”.

En este mismo contexto, el congresista Daniel Abugattás informó que presentará una acción de inconstitucionalidad contra esta norma, pues excede la competencia de las facultades concedidas al Ejecutivo.

Además, indicó que denunciará ante la Comisión de Ética al presidente de la Comisión de Justicia, Rolando Sousa, porque incluyó el tema procesal en las facultades concedidas, lo que ha beneficiado a clientes del estudio Nakazaki, del que formó parte.

El ministro Rey indicó que no se pretende dar impunidad sino que se archiven los casos donde no haya pruebas.

Aministía

Retroceso. “Los decretos legislativos adoptados en el Perú sientan las bases para una posible amnistía encubierta”, declaró Susan Lee, directora del Programa América de Amnistía Internacional (AI).

Convención. Los decretos contradicen la Convención sobre imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y lesa humanidad, y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, de los que el Perú es un estado parte.

Lo que dice el Decreto 1097

Variación de la detención o prisión preventiva por comparecencia bajo cuidado institucional: Depositados en los cuarteles policiales y militares, lo que deroga tácitamente los actuales requisitos para dictar orden de detención: suficiencia de pruebas, pena superior a un año y peligro de fuga.

Variación de la orden de captura de los prófugos: procesados ausentes y contumaces, por una caución económica. Además, el procesado deberá indicar cuánto puede pagar de caución o con una fianza personal.

Sobreseimiento de la causa por exceso del plazo formal de la Instrucción o de la Investigación preparatoria, lo que ha sucedido en la mayoría de los casos por las trabas para dar información. Además, se dispone la prescripción de los delitos.

domingo, 29 de agosto de 2010

Idele cumple 20 Años y presenta la edición Nº 200

cumple 20 Años y presenta la edición Nº 200

Hace 20 años Fujimori fue elegido Presidente Constitucional y Alemania se coronó campeón del Mundial Italia 90. La inflación nos devoraba y aún creíamos que Plutón era un planeta. La subversión nos dejaba sin luz y éramos millonarios. Teníamos millones de intis en los bolsillos. Augusto Ferrando era el más popular animador de TV de ese entonces y había prometido irse del país si cierto chinito ganaba las elecciones. Risas y Salsa era el programa de TV de mayor rating, y Panamericana, el canal más poderoso, mientras los sociólogos seguían interpretando y reinterpretando el fenómeno de la música chicha.

Hace 20 años nació también Ideele, como una alternativa de periodismo independiente y a la vez comprometido con la democracia y los derechos humanos, trabajando a contracorriente y con una vocación que podría calificarse como “suicida”.

A propósito de este aniversario, Ideele rebobina las cintas e invita a una serie de pensadores y analistas a reflexionar sobre los últimos 20 años de la sociedad peruana: José Luis Reñique, Luis Pásara, Marcos Cueto, Augusto Álvarez Rodrich, Jaime de Althaus, Rocío Silva, Aldo Panfichi, Francisco Sagasti, Luis Pásara, Carlos Conteras, entre otros.

Se abre un espacio de reflexión sobre temas variopintos escritos por diversos especialistas: la justicia, el futbol, el cine, las modernísimas patologías, los modernísimos inventos, la ¿i?rresponsabilidad social, el consumo, los cambios de Lima, las pulsiones de muerte, la controversia sobre la importancia de los medios digitales o la inflamación del Facebook. No puede perderse tampoco el artículo de Gustavo Gorriti, A 20 años de la estocada maestra, sobre el devenir de Sendero Luminoso.

La política se reinventó también en el mundo: Luis Jaime Cisneros escribe sobre ¿cómo ha cambiado la identidad de América y su relación con Estados Unidos? El presidente de Diálogo Interamericano Michael Shifter, desarrolla una mirada del cambio de Estados Unidos en las últimas dos décadas, Para mal y para bien. Hildegar Willer ensaya una visión distinta sobre Europa a través de sus Patios Traseros.

¿Cuál ha sido el hecho más importante de tu vida en estos últimos 20 años? ¿Cómo ves al Perú ahora? Ideele le pregunta a una serie de personajes jóvenes y no tan jóvenes: Zenaida Solís, Chema Salcedo, Jaime Cuadra Juan Carlos Fisher, Bruno Ascenso, Mauricio Fernandini, Jorge Pardo, Guido Lombardi y muchos más.

El número 4 es también un número importante en esta edición, pues son los que está cumpliendo en estas Fiestas Patrias Alan García II. No se pierda un análisis minucioso de lo que ha significado su mandato y lo que se avecina, con Carlos Basombrío, Cecilia Blume, Dan Collyns, Diana Ávila, Jorge del Castillo, Javier Diez Canseco, Federico Salazar, Carlos Melendez, Tony Zapata y Ernesto de la Jara.

¿Sabes el origen de la palabra "feminicidio"? Mejor que te lo cuente Carol Orlock, la persona que la inventó.

Ideele ahora adelanta las cintas y muestra divertidas reflexiones futurólogas sobre lo que podría pasar en los próximos 20 años. En Volver al Futuro, el útero de marita, Pedro Salinas, Carlos Bejarano y el Pulpo Paul, cuentan lo que vieron.

La mejor lectura… el mejor regalo, no se pierda este especial por los 20 años de la Revista Ideele. Léala también en http://www.revistaideele.com/.

La educación bilingüe en nuestro país

agosto 26th, 2010, Author: Milagros Merino Yep, Categories: General

El derecho a la educación se encuentra reconocido de manera universal y nuestro país no es la excepción. Se encuentra reconocido en el capítulo de derechos sociales y económicos de nuestra Constitución (además de convenios y tratados internacionales). En un sentido amplio, la educación tiene como finalidad el desarrollo integral de la persona. Es un derecho básico que a lo largo de nuestras vidas nos permitirá acceder a otros derechos o beneficios que garantizarán nuestro desarrollo como individuos en la sociedad. Lamentablemente, a pesar de ser reconocido y valorado como uno de los derechos más importantes del hombre, la educación en nuestro país está lejos de ser una realidad para todos los peruanos.

Como mencionamos la educación es reconocida como un derecho social, esta clase de derechos permiten el cumplimiento de derechos fundamentales (le dan una dimensión material) y su finalidad es permitir la satisfacción de necesidades básicas del ser humano. Si el desarrollo de la educación en nuestro país ha sido limitado, imaginemos entonces cómo se encuentra la educación dirigida a los sectores indígenas. Uno de los casos más representativos, que permite demostrar el problema por el que atraviesa la educación bilingüe e intercultural en nuestro país, es el de la nota 14.

Durante esta década se emitieron los decretos supremos 023-2001-ED y 006-2007-ED y la Resolución Ministerial 017-2007-ED (para efectos prácticos se conocen como la base normativa de la nota 14). Este conjunto de normas estableció la nota 14 como nota mínima aprobatoria para ingresar a los institutos superiores pedagógicos. Los efectos de esta medida se hicieron evidentes cuando los postulantes provenientes de comunidades indígenas no lograban las notas mínimas aprobatorias —debido a las condiciones de su educación, el acceso a una educación de calidad es difícil en zonas rurales— los efectos no se hicieron esperar y al no tener postulantes de comunidades indígenas a los centros pedagógicos, disminuyó el número de profesores indígenas. Los más afectados fueron los niños de las comunidades indígenas que en la mayoría de casos dejaron de recibir educación bilingüe e intercultural (conocida como EBI).

Estas normas por el DS 004-2010-ED, Reglamento de la Ley N° 29394, Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior, que fue publicado el 26 de enero de 2010 en el diario oficial El Peruano. Sin embargo, la nota 14 fue restablecida el 13 de febrero de este año, mediante la Resolución Ministerial 024-2010-ED. Hasta el momento el problema no ha sido solucionado y el número de profesores indígenas continúa disminuyendo.

Es preocupante la disminución de los profesores bilingüe debido a la relevancia que tienen en el desarrollo de sus comunidades. Su labor permite transmitir a los alumnos educación en su lengua y la transmisión de valores culturales que son necesarios para la formación de una identidad en los niños indígenas. Como vemos el tema de educación necesita de una organización para tener vigencia efectiva, así que no solo es necesario que sea reconocidos en normas, también es necesario que exista una actuación estatal efectiva por medio de acciones que en este caso promuevan la educación bilingüe. Es importante recordar que el estado tiene una serie de deberes frente a las comunidades indígenas señalados en el Convenio 169 de la OIT[1], las disposiciones de este convenio tienen carácter vinculante, por esta razón las políticas y decisiones legales deben orientarse al cumplimiento del convenio, en este caso debe orientarse a la promoción de la educación bilingüe.

Finalmente, en el último informe presentado por UNICEF y el INEI el pasado 19 de agosto (Estudio sobre la niñez indígena en el Perú), se muestra un estudio detallado de la situación por la que atraviesa la niñez indígena en nuestro país, se enfoca en distintos aspectos como educación, salud, identidad entre otros. Es importante destacar el valor de este informe que permite demostrar las grandes desigualdades entre los niños peruanos por su origen.

Respecto al tema de educación encontramos cifras alarmantes[2]:

-El 78% de niños, niñas y adolescentes indígenas vive en situación de pobreza frente al 40% que habla castellano.
-La población infantil indígena de 3 a 5 años que asiste a un centro educativo bordea el 32%, mientras que el 55% de la niñez no indígena sí lo hace.

-El mayor porcentaje de abandono de estudios antes de haber terminado el año escolar se da en los centros educativos que tienen más estudiantes indígenas que en aquellos que tienen como lengua materna el castellano.
-La brecha de atraso escolar entre la población infantil quechua y los de lengua castellana es de 67% al llegar a los 18 años.

Esperamos que las autoridades tomen medidas que permitan solucionar las deficiencias educativas por los que atraviesan los niños de las comunidades indígenas en nuestro país.

¿Siete años de verdad y reconciliación?

Autor(a): Aarón Verona Badajoz

Este lunes 23 de agosto se dio inicio a la semana conmemorativa por los siete años de uno de los momentos más importantes de la reinstauración de la democracia en el Perú, la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (el Informe). Más allá de las merecidas celebraciones conmemorativas, desde Justicia Viva, cada año se plantea una reflexión no solo sobre el hecho mismo de la entrega, sino sobre el necesario balance que nos plantea el Informe como hito en base al cual medir: la reconciliación, como fin frente a los graves hechos que motivaron el mismo; y el nivel de democracia y respeto por los derechos humanos en nuestro país, luego del periodo de dictadura de los 90.

En ese sentido, hay avances que no se pueden obviar, pero desde que el Informe fuera dado (y especialmente durante este último gobierno) los retrocesos han sido muchos y muy acentuados. El primer punto que resalta este análisis es el de la judicialización de las graves violaciones de derechos humanos durante el periodo de violencia, es decir la “justicia” y la “verdad” propiamente dichas. Este punto se encuentra en un momento crítico[1], desde el 2006 hasta la fecha, la Sala Penal Nacional (SPN) ha emitido 19 sentencias en relación a casos de violaciones de derechos humanos (la mayoría denunciados por el Informe), absolviendo al 80% de los procesados (Los Laureles, Marco Barrantes, entre otros casos)[2].

Esto ha consolidado una jurisprudencia que pone en peligro los esfuerzos que llevaron a la justicia estos casos, y se inclina por la impunidad (especialmente en materia de “desaparición forzada”, cuya jurisprudencia ha cambiado en desmedro de la justicia): se desestiman pruebas que no sean directas, lo cual incide directamente en la responsabilidad de mandos militares; busca no calificar los hechos como de lesa humanidad a pesar del carácter sistemático de los hechos perpetrados por el Estado, etc. A esto se añaden los casos pendientes, cuya demora responde en parte a la falta de colaboración del Ministerio de Defensa, para brindar información; tal como sucede en el caso Putis.

En relación a la “reconciliación”, lamentablemente las perspectivas tampoco se han mostrado alentadoras, la reciente liberación y re encarcelamiento de Lori Berenson (condenada a 20 años, 15 de los cuales ya habría cumplido al momento de solicitar el beneficio de la semilibertad), ha demostrado que las heridas aún siguen abiertas. De igual forma los ataques y amenazas realizados contra Salomón Lerner, presidente de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, a fines del año pasado. De manera más específica, estas perspectivas se comprobaron con el cierre del Consejo de Reparaciones también a fines del año pasado, debido a la falta de presupuesto asignado por el Estado a esta institución, lo que constituyó un duro golpe para las miles de víctimas de la violencia, la mayoría en estado de pobreza. Es difícil considerar una reconciliación nacional, sin tomar en cuenta la reparación al sufrimiento de las víctimas del período de violencia.

Asimismo, la gran cantidad de conflictos sociales (producto de la afectación de derechos a población vulnerable, como la indígena), cuyo mal manejo y desinterés para mejorarlo, por parte del Estado, se evidenció trágicamente el 5 de junio del año pasado en Bagua; cuyo aniversario fue conmemorado por el Presidente de la República estatuyendo el “día del ron peruano”. Así, las víctimas de Bagua, fueron parte del más de un centenar de muertes civiles por responsabilidad del Estado, durante el actual gobierno, hasta diciembre del 2009.

Sin duda, hay un antes y un después del Informe; sin embargo, el camino que se está forjando en materia de protección de derechos fundamentales e institucionalidad democrática (durante el último gobierno en especial) nos indica que el impulso dado por el mismo no ha sido debidamente aprovechado en el camino. Actos estatales, como la creación de la Comisión Técnica Multisectorial, en julio de este año, que se encargará de planificar los mecanismos y procedimientos para la entrega de reparaciones individuales; parecen ser hechos rescatables pero aislados dentro de una tendencia opuesta del propio Estado.

No obstante este escenario, el trabajo coordinado de las distintas instituciones de la sociedad civil y especialmente de las víctimas del periodo de violencia y sus familiares, ha permitido que el impulso del Informe no se pierda. Se desarrolla una labor por la búsqueda de “verdad” y “justicia”, a través de la judicialización y defensa constante de casos; y de “reconciliación”, a través de campañas que sensibilicen a la población y promuevan el conocimiento del Informe como una herramienta crucial de nuestra historia. Los actos conmemorativos de esta semana, son parte de esta labor que todas y todos estamos llamados a compartir, y con la cual tenemos una responsabilidad. Pueden no haber sido siete años de la verdad y reconciliación que anhelábamos, pero ciertamente los han sido de una lucha inquebrantable por conseguirla.
--------------------------------------------------------------------------------

[1] Si bien la sentencia a Fujimori y la del desaparecido Ernesto Castillo Páez, constituyen grandes avances, estas se han convertido más bien en una excepción, dentro de los procesos de judicialización.

[2] Ver: Los retrocesos del proceso de judicialización de graves violaciones a los derechos humanos… las sentencias de la Sala Penal Nacional (estadísticas del link actualizadas hasta octubre del 2009).

El dictamen de allanamiento relativiza el contenido del derecho a la consulta

Autor(a): Renato Levaggi Tapia

La semana pasada manifestamos que el dictamen de allanamiento aprobado por mayoría en la Comisión de Constitución y Reglamento, el 6 de agosto pasado, podría configurar un escenario de derrota para los intereses de los pueblos indígenas en caso fuera aprobado por el pleno. En sentido inverso, expresamos nuestro convencimiento acerca de que la aprobación de la insistencia constituiría una respuesta positiva a las demandas y expectativas de los pueblos indígenas, además de una oportunidad para el Congreso de la República de actuar de manera inclusiva y respetuosa de los instrumentos internacionales ratificados, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, por ejemplo.

En ese sentido, al no haberse discutido este asunto en el Pleno de la semana que pasó y en la medida que tampoco se discutirá esta semana, es pertinente realizar algunas críticas al contenido del dictamen de allanamiento. Ello con el propósito de emitir una opinión que no se confunda con una defensa a ciegas de la insistencia, pero que, ciertamente, está convencida de que el allanamiento implica un retroceso que relativiza el contenido del derecho a la consulta de los pueblos indígenas.

Algunos puntos que deben ser tomados en cuenta son los siguientes::

•En su artículo 2, el dictamen de allanamiento suprime el párrafo que en la Autógrafa de Ley aprobada inicialmente por el Congreso señalaba que "También corresponde efectuar la consulta respecto a los planes, programas y proyectos de desarrollo nacional y regional que afecten directamente estos derechos". Al considerar que el Convenio 169 de la OIT señala que "dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente", la supresión resulta limitativa de derechos.

•En el mismo artículo del allanamiento, se adiciona un párrafo que sostiene que "Las medidas legislativas de alcance general sólo serán consultadas en aquellos aspectos que impliquen una modificación directa de la situación jurídica de los pueblos indígenas, sobre temas de relevantes y de una manera sustancial". La primera parte de esta cita es claramente restrictiva del espectro de aplicación de la norma, ¿Qué sucedería, por ejemplo, ante una norma que prohíba el uso de un idioma nativo en alguna instancia estatal? Esta medida no modificaría, de manera directa la situación jurídica de los pueblos indígenas, pero, ciertamente les afectaría. Por otro lado, la vaguedad de la oración "sobre temas relevantes y de una manera sustancial" es más que evidente.

•Para terminar con el artículo 2, debemos mencionar que el señalar que "La consulta en materia de territorio sólo procede sobre las áreas asignadas en propiedad a los pueblos indígenas" no guarda relación con el Convenio 169 de la OIT cuando este indica que "los gobiernos deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera".

•En el artículo 9 del allanamiento se ha eliminado la frase "Agotada la vía administrativa ante este órgano, cabe acudir ante los órganos jurisdiccionales competentes", refiriéndose a la decisión del órgano técnico especializado que evalúa el petitorio de consulta. Con ello se elimina una segunda instancia y se deja en manos del Estado la toma de decisión respecto a un asunto que tiene como partes a los pueblos indígenas por un lado y al propio Estado, por el otro.

•Finalmente, en el artículo 15 del allanamiento, referido a la decisión, se ha eliminado la protección establecida por la autógrafa original para los casos en que no se alcanzase un acuerdo: "corresponde a las entidades estatales adoptar todas las medidas que resulten necesarias para garantizar los derechos colectivos de los pueblos indígenas u originarios". En su lugar, señala que "El Estado decidirá la ejecución de la medida, privilegiando el interés general y de la nación, estableciendo la participación de los pueblos indígenas en los beneficios y, en su caso, la indemnización equitativa por los daños que puedan sufrir". Debemos indicar que la previsión de beneficios e indemnizaciones se condice con el Convenio 169 de la OIT, pero, la supresión de la obligación estatal de adoptar medidas necesarias para la garantía de derechos es, por decir lo menos, innecesaria y podría tildarse de mal intencionada.

Esperamos que estas observaciones sean tomadas en cuenta por los congresistas para no optar por la aprobación de un dictamen que implica un serio retroceso respecto de la Autógrafa de Ley originalmente aprobada por ellos mismos. Implicaría además, como ya hemos mencionado, dar la espalda a las demandas indígenas que, a pesar de los problemas que el documento original pueda contener y que deberían ser subsanados posteriormente, han encontrado consenso en el mismo, han sido escuchadas por primera vez.

lunes, 9 de agosto de 2010

FIDEL REAPARECE EN LA ESCENA DE LA POLITICA INTERNACIONAL

La Habana, 7 ago (EFE).- El ex presidente cubano Fidel Castro afirmó hoy que existe una "profunda" esperanza de evitar una guerra entre EE.UU. e Irán, y propuso persuadir al mandatario estadounidense, Barack Obama, de no entrar en un conflicto nuclear porque sólo él puede tomar la decisión.
 Castro afirmó ante el Parlamento cubano que hace ocho semanas pensó que el "peligro inminente de guerra no tenía solución posible", pero ahora se ha percatado de que hay "una esperanza y muy profunda, por cierto".
El líder cubano expuso su análisis en un "mensaje" a los diputados durante una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional solicitada por él mismo para analizar la situación internacional y los peligros de una guerra nuclear.
Tras advertir el desastre que supondría un conflicto bélico de esa naturaleza, dijo que ahora tiene la "seguridad de que no será así" y que "se están creando en estos momentos las condiciones para una situación ni siquiera soñada hasta hace muy poco".
Como ejemplo, mencionó el caso de Gerardo Hernández, uno de los cinco agentes cubanos presos en EE.UU. por espionaje, cuya liberación de una celda de castigo esta semana interpretó como "un hecho que no se había producido en 12 años de implacable odio del sistema contra Cuba y contra él".
"Un hombre tendrá que tomar la decisión en solitario, el presidente de Estados Unidos. Con seguridad por sus múltiples ocupaciones no se ha dado cuenta todavía, pero sus asesores sí empiezan a comprenderlo", destacó Castro.
Según aseveró, Irán no cederá "un ápice" ante las exigencias de Estados Unidos e Israel, y Obama es quien tendría que ordenar "tan anunciado y pregonado ataque siguiendo las normas del gigantesco imperio".
Resaltó que, en el instante en que Obama tomara esa decisión, estaría "ordenando la muerte instantánea" de cientos de millones de personas, incluidos habitantes de su país y tripulantes de la flota norteamericana en los mares en torno a Irán.
No obstante, el líder cubano destacó que gracias al "azar" Obama es "un descendiente de africano y de blanco, de mahometano y cristiano, y no lo hará si se logra que tome conciencia de esto".
"Los líderes de los países más poderosos del mundo, aliados o adversarios, con excepción de Israel, lo exhortarían a que no lo haga", agregó.
En su opinión, la "ventaja" en el caso de Obama en comparación con anteriores mandatarios estadounidenses es que no es un "cínico" como Richard Nixon, ni un "ignorante" como Ronald Reagan.
Castro no había asistido a ninguna reunión de la Asamblea desde el año 2006, cuando enfermó y delegó la Presidencia del Gobierno a su hermano Raúl, quien asumió oficialmente el cargo en febrero de 2008.
A punto de cumplir 84 años el día 13 de agosto, el ex mandatario retornó en julio a la escena pública y ha realizado varias visitas y reuniones con diversos sectores del país.

El último mensaje del Presidente García sobre la justicia

fuente justicia viva Autor(a): Cruz Silva Del Carpio

Otros procesos considerados avances en la justicia, como la implementación del nuevo Código Procesal Penal sobre el que ahora el Presidente exhorta una evaluación para medir problemas y mejoras (pero entonces, ¿cómo es que se define como avance? ¿La celeridad, por cierto buena, a secas lo es todo?) , quedan empañados con lo anteriormente no dicho. La celeridad, por cierto, es importantísima, a la par que las mejoras técnicas, pero la independencia judicial lo es también.

Como ya hemos señalado, el balance en este aspecto hace que la hora de la justicia siga esperando; convirtiendo al último año del gobierno de García en uno de extremo, extremísimo cuidado… más aún, si recordamos lo que tampoco no se dijo sobre la peligrosa delegación de facultades del Congreso al Ejecutivo sobre la justicia militar y aquellas normas procesales, o el nombramiento de magistrados militares (ver: Justicia militar y policial: los retrocesos democráticos que nos legará García)

De otro lado, ¿qué es lo grave, del discurso de García, que no se debe dejar pasar? En el mensaje presidencial se dijo que: "… Y aunque no es un tema de regulación económica, declaro aquí que el Perú no entregará ni un centavo a los terroristas por más sentencias internacionales que tengan… Según el decreto que hemos publicado hoy, ellos deben al Perú por reparaciones legales por sus acciones como banda criminal 3,173 millones de soles y cada centavo que se nos exija pagar será descontado de esa suma y abonado a favor de sus víctimas. No!!!!... el terrorismo derrotado no se burlará del Perú…" Ésa, señor presidente, no es la idea. Como mandatario, en un tema tan sensible a nuestra sociedad peruana, debe tenerse la verdad completa, o simplemente, la verdad. Que quienes han hecho daño al país cumplan con lo que señalan las sentencias, claro que sí, así lo requiere la justicia y las víctimas del siempre condenable terrorismo. Pero tapar la otra mitad, la que justamente es el origen de las ahora criticadas reparaciones de la Corte Interamericana, no es decirle la verdad al pueblo. Decir que este embrollo se originó en buena cuenta con el Estado incapaz de procesar como es debido a quienes merecen todo el peso de la ley, es lo que se necesita. De lo contrario, se acrecienta irresponsablemente intenciones contra el Estado de Derecho, se desdibuja la realidad de las cosas y se avanza un pie más para patear el tablero de las reglas más básicas de la justicia, situación que, por cierto, puede ser tomada para vaipasearla en beneficios de propios y extraños. Como dijimos, hay silencios y silencios.

En su lugar, por ejemplo, se hizo mutis sobre la criticada asistencia del Presidente de la Corte de Lima al famoso mitin-cumpleaños de un dirigente aprista, o de la "desactivación" de la famosa Unidad de Ética del Poder Judicial cuando parecía que se podía descubrir algo más que lo encargado (ver: Unidad de Ética del Poder Judicial: Las preguntas que Villa Stein debe responder. Revista ideele) por el Presidente del Poder Judicial. Cierto es que, no hay que pronunciarse sobre todo lo que suceda, pero cuando se trata de la independencia judicial a estos niveles, no hay que ser tan somero. Hay silencios y hay silencios, y algunos pueden decir mucho.

El día de la jueza y del juez: ganas de celebrar la disidencia

FUENTE JUSTICIA VIVA

Autor(a): Cruz Silva Del Carpio
A esa característica es a donde debe apuntar la magistratura, sus autoridades y el sistema de la carrera judicial. ¿Está sucediendo ello ahora? La disidencia es "Separarse de la común doctrina, creencia o conducta" (Real Academia de la Lengua Española), que en el Poder Judicial actual es marcar distancia de situaciones como: la excesiva carga judicial, la demora de los procesos, el desinterés por los ciudadanos y ciudadanas que acuden al servicio de justicia, la invisibilidad de la mujer jueza y litigante así como de sus obstáculos para un trato igualitario en el sistema, las críticas a la independencia judicial, las críticas a las faltas de imparcialidad, los fallos y actuaciones cuestionables en casos paradigmáticos de derechos humanos y corrupción, la falta de medición del desempeño de la magistratura con estándares reales y progresivos de mejora, el desconocimiento de la realidad multicultural y las barreras de género, la falta de debida coordinación con los demás órganos del sistema de justicia (como el CNM, por ejemplo) para una carrera judicial de calidad, la ausencia de una mentalidad transformadora que sea el común denominador de la magistratura a nivel del trato a la ciudadanía como en los cambios internos desde sus autoridades, la falta de autocrítica entre pares por un incorrecto espíritu de cuerpo.

Mucho sea dicho y diagnosticado por una reforma del sistema de justicia desde hace más de un decenio… ahora, cuando ya los aires reformadores están ausentes, la tarea urge más. Se avanzó en normatividad estructural como la Ley de Carrera Judicial (que ahora, está bastante disminuida a como fue diseñada), pero ha quedado demostrado que si no se le interpreta adecuadamente ni se coordina para hacerla realidad, estamos en nada. ¿De quién es la tarea? Sin duda, no sólo de la magistratura, pero sí se requiere de ella. Con autoridades del sistema que no han sabido dar un vuelco de 180 grados, de forma permanente y estructural a las taras del sistema de justicia de hace varios años, la autoría del cambio recae con más fuerza en todas y cada una de las juezas, en todos y cada uno de los jueces. Difícil, claro, por los órdenes no dichos de poder dentro de la judicatura que en cierta forma han mantenido el statu quo, pero ahí está una conjunción interesante a probar más, entre transparencia y trabajo conjunto con la sociedad civil. ¿El requisito? Ser disidente, comenzar a transformar la cultura judicial, que va de la mano con la lucha frontal al poder de ese statu quo político, de conveniencia, de falta de transparencia.

Sin duda, se debe separar la paja del trigo. El juez y la jueza son actores centrales de la justicia que todos y todas queremos, que no podemos decir "felicitaciones" en general por las labores encargadas y cumplidas. La razón es muy sencilla: la justicia no está, a pesar de algunos signos en la actuación jurisdiccional, para celebrarla, así lo hemos observado (ver por ejemplo, De "El Antiimperialismo y el APRA" al "Clientelismo y el APRA" en el sistema de justicia. una justicia menos independiente nos dejará el segundo Gobierno de García). Pero en ello, bien vale la pena focalizar a aquellas juezas y jueces que, con los recursos que cuentan y sus diversas realidades personales, dan su mejor esfuerzo y sacan adelante la justicia que necesitamos. No es la mayoría de experiencias pero son, a ellas y ellos van nuestro saludo, porque son lo que necesitamos: una muestra viva de lo disidente.

Por ello es que no podemos seguir teniendo ejemplos de un juez que al parecer celebra con el procesado al que libera (ver: Un juez celebra con un ex reo que liberó. Perú.21, 04/08/2010) de autoridades del sistema de justicia que tuercen el quebrantan del sistema disciplinario desdiciendo la inconducta funcional declarada, del máximo representante del Poder judicial firmando públicamente un saludo al Cardenal cuando su institución es parte de un proceso judicial (ver: comunicado, El Comercio, 27/07/2010)... queremos más ejemplos de una jueza que a contracorriente garantiza los derechos de una persona con discapacidad, o que protegen los derechos de una alumna embarazada que es despojada de su eduicación por su gravidez, queremos más ejemplos de jueces que sancionen e investiguen bien.

Y por supuesto, queremos la decisión, actuación y coordinación de las autoridades judiciales con las instituciones correspondientes para que a la judicatura se le dé las mejoras condiciones de trabajo, garantías a su independencia y reconocimiento de sus méritos (sin dobles estándares). Eso, en medio de la actual reforma del reglamento de selección y nombramiento del Consejo Nacional de la Magistratura, la convocatoria a ratificaciones, el próximo cambio en la Presidencia del Poder Judicial y Cortes Superiores, de un día que invisibiliza a las juezas permanentemente, entre propuestas legislativas (ver: propuestas), se requiere de juezas y jueces que sean disidentes, que evidencien lo que anda mal incluso desde dentro y que impulsen los cambios que necesitamos. No se puede esperar mas.

¿Varios sistemas jurídicos dentro de un solo sistema político? Sobre el VII Congreso Internacional de la Red Latinoamericana de Antropología Jurídica

FUENTE JUSTICIA VIVA
Autor(a): Aarón Verona Badajoz
 
¿Cuántas veces, en las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, se ha discutido la pregunta que el título de este artículo propone?, ¿cuántas veces se ha discutido la pluriculturalidad de nuestro país y las implicancias jurídicas que ello tiene, sino es para hablar sobre la explotación de recursos, por lo general a favor de empresas extractivas? Tal vez no muchos veces, y ciertamente no con la magnitud con la que se ha venido llevando a cabo desde este 2 de agosto hasta el 6 del mismo mes, a propósito de VII Congreso Internacional de la Red Latinoamericana de Antropología Jurídica (RELAJU).

RELAJU, conformado por distintas instituciones y académicos pertenecientes a los diferentes países de la región, organiza un Congreso Internacional cada 2 años. En esta ocasión el Congreso ha sido organizado por múltiples instituciones representativas de la investigación u activismos sobre los temas relacionados a la Antropología Jurídica. Entre ellos, Central Ùnica Nacional de Rondas Campesinas del Perú (CUNARC), Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), Comisión Andina de Juristas (CAJ), Instituto de Defensa Legal (IDL), Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR, el Programa de Acceso a la Justicia en Comunidades Rurales (PROJUR), Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), y el Instituto Internacional de Derecho y Sociedad.

El mismo se realiza con la idea de difundir, analizar y debatir no solo disquisiciones teóricas sobre la antropología jurídica, sino los problemas y controversias actuales de la pluriculturalidad desde una perspectiva jurídica, pero también política, económica y social. En ese sentido, el tema central del presente año es: “Un reto para nuestras sociedades: identidades, interculturalidad, pluralismo jurídico y derechos colectivos”.

Es así, que para estos efectos, el Congreso se ha dividido en tres actividades. Un “Curso-pre congreso”, en el cual se presentaron distintas figuras académicas. El objetivo de dicho curso era preparar a los participantes en los conceptos generales y temas de debate actual en torno al tema central del evento, en ese sentido, se presentaron ponencias de Esther Sánchez (Colombia), René Kuppe (Austria), André Hoekema (Holanda), Rodolfo Stavenhagen (México), entre otros ponentes.

En segundo lugar, se realizó un “Coloquio” en el cual distintos académicos y representantes de grupos indígenas y comunitarios, daban sus opiniones y perspectivas en torno a temas de debate actual en relación a la temática principal del evento. Entre esto temas están: la percepción de desarrollo en torno a la pluriculturalidad de los países de la región, la percepción de los derechos de los pueblos indígenas en el derecho internacional de los derechos humanos y su alcance, las reformas de la justicia y su relación con la pluriculturalidad, etc. Es particularmente resaltante que el coloquio presente opiniones tanto desde lo académico, como de la propia experiencia vivida por los actores que participan del debate desde los hechos que le dan origen.

En ese mismo sentido, resalta también el “Congreso” propiamente dicho, conformado por distintas mesas temáticas paralelas, en las cuales los participantes del evento presentan trabajos de investigación propios, para que sean discutidos libremente por los asistentes de cada mesa. Los trabajos, enmarcados en el tema principal del evento, se complementan con presentaciones de representantes de grupos indígenas y comunitarios, en las cuales comparten y ponen sobre la mesa sus experiencias propias respecto a la forma en que desarrollan sistemas jurídicos distintos a los del Estado, y cómo estos se relacionan con el sistema jurídico estatal (experiencias de coordinación o conflicto).

Si duda, este Congreso Internacional ha significado una oportunidad, particularmente escasa en las discusiones jurídicas académicas, para cuestionar no solo la noción de justicia predominante y el sistema jurídico que emana de ella, a propósito de nuestra diversa realidad cultural y por ende jurídica. Debatir incluso los conceptos más generales sobre los cuales se sustentan las instituciones democráticas, tales como “Estado”, “democracia” o “poder”. Un ejercicio, sin duda también, positivo para quienes desde la cátedra, el análisis profesional o académico, o el activismo social; trabajen o tengan interés en las circunstancias en que nuestra realidad pluricultural está definiendo estándares e instituciones a todo nivel, sea jurídico, político, social o económico.

jueves, 5 de agosto de 2010

¿Hemos avanzado en mejorar el acceso a la justicia?

Autor(a): Javier La Rosa Calle


Examinando lo realizado en el último año y viendo en perspectiva los últimos cuatro años de la presente administración gubernamental, tenemos serias consideraciones para sostener que es pobre el avance en este ámbito. Para fundamentar dicha aseveración utilizaremos como indicadores de resultado la existencia de tres clases de barreras u obstáculos que impiden el acceso a la justicia: las barreras institucionales que afectan a toda la población, indistintamente de su posición social o económica; las barreras económicas que afectan las transacciones y el desarrollo de un país, así como a sectores poblacionales precarios; y las barreras sociales que afectan a determinados grupos sociales, especialmente los tradicionalmente excluidos[1]. Es decir, compararemos si se avanzó o no en reducir o eliminar estas barreras.

1. Respecto a las barreras institucionales. Aquí resaltamos dos temas relevantes para entender el insuficiente avance producido. Por un lado la “sobrecarga procesal” como un factor que retrasa los procesos judiciales y con ello, acentúa el malestar de los ciudadanos que litigan. De otro lado, el presupuesto asignado al Poder Judicial, el cual, mal administrado, no habría atendido reales necesidades sobre acceso a la justicia.



Respecto a lo primero, no deja de sorprender que las autoridades del Poder Judicial y del Sistema de Justicia insistan en sostener que el problema de la sobrecarga procesal se origina en una número excesivo de ingreso de nuevos casos, cuando las propias estadísticas revelan que en los últimos años no ha habido mayor variación al respecto. Se evita referirse a las reales causas de este problema, una de las cuales tiene que ver con la insuficiente capacidad de resolución de los magistrados, lo que explica el número excesivo de causas pendientes.



De otro lado, es revelador que en los últimos cuatro años el presupuesto del Poder Judicial se haya incrementado notoriamente, lo que debería haber significado una mejora de los servicios, y sin embargo, lamentablemente no ha ocurrido. Por el contrario, se ha acentuado la percepción negativa de los ciudadanos sobre lo judicial, como puede verse de encuestas especializadas[2]. Las autoridades de Justicia deberían preguntarse por qué esta mayor asignación de recursos no ha significado cambios positivos.



2. Respecto a las barreras económicas. Aquí queremos referirnos a dos aspecto poco abordados para comprender la magnitud de este problema: los costos de un proceso judicial y la corrupción como fenómeno que desincentiva acudir a las instancias jurisdiccionales. Respecto a lo primero, los costos formales resultan una forma directa de discriminación para personas de menores recursos económicos, lo cual no ha sufrido variaciones significativas en la actuación estatal. Si bien es cierto, en los últimos años ha crecido el número de defensores de oficio en algunos distritos judiciales, ello ha sido así para atender los requerimientos del nuevo Código Procesal Penal. Para otros temas, no ha habido cambios importantes y aún se encuentra pendiente la vigencia efectiva de la Ley del Servicio de la Defensa Pública (Ley 29360).



En el caso de la corrupción, como este tema es analizado en otro artículo de este boletín, sólo mencionaremos que en el Informe de Transparencia Internacional del 2007 dedicado a sistemas judiciales, se ubicaba al Perú en uno de sus primeros lugares en cuanto a niveles de corrupción.[3]



3. Respecto a las barreras sociales, referida a aquellos obstáculos que afectan a grupos sociales por su situación de vulnerabilidad, creemos que es poco o nada lo avanzado para asegurar en los distritos judiciales con población que tiene como lengua materna un idioma distinto al castellano, intérpretes que garanticen a los ciudadanos la comprensión del proceso.



No obstante, sí debe resaltarse el Acuerdo Plenario Nº 1-2009/CJ-116 de la Corte Suprema, que estableció como criterio vinculante para todos los jueces de la República que se debía interpretar que el artículo 149 de la Constitución referido a la jurisdicción especializada de las comunidades campesinas y nativas, también comprendía a las rondas campesinas. Creemos que ha sido importante que a este nivel se determine que estas organizaciones contribuyen decisivamente a superar algunas de estas barreras lingüísticas y culturales, especialmente en el ámbito rural.



Mención aparte es el caso de la Justicia de Paz que es analizado en otro artículo. En todo caso, no apreciamos una decisión estatal consistente y coherente para revertir o atenuar estas barreras, ya que si bien se han dado algunas medidas, estas han sido aisladas, dependientes de la autoridad de turno y por ello efímeras. Lamentablemente el balance en este tema ha sido negativo.
--------------------------------------------------------------------------------



[1] Tomado de BHANSALI, Lisa “Perú-La oportunidad de un país diferente, próspero, equitativo y gobernable” Banco Mundial, 2006. Citado en artículo El acceso a la justicia como condición para una reforma judicial en serio. Javier La Rosa Calle, publicado en Revista Derecho Nº 62, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 2009.



[2] Puede revisarse encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú, (http://www.pucp.edu.pe/puntoedu/images/documentos/institucionales/justiciaoctubre2009.pdf).



De “El antiimperialismo y el APRA” al “Clientelismo y el APRA” en el sistema de justicia. Una justicia menos independiente nos dejará el segundo Gobierno de Alan García

De “El antiimperialismo y el APRA” al “Clientelismo y el APRA” en el sistema de justicia. Una justicia menos independiente nos dejará el segundo Gobierno de Alan García

Autor(a): David Lovatón Palacios

Introducción

“El antiimperialismo y el APRA” es el ideario ideológico del partido aprista, escrito por su fundador Víctor Raúl Haya de la Torre en la década del veinte del siglo XX, inspirado en el socialismo pero intentando encontrar una “tercera vía” “indoamericana” distante del comunismo, cuyo lema principal era “pan con libertad”. Sin embargo, casi un siglo después, de dicho antiimperialismo y socialismo queda muy poco o casi nada. En la actualidad, el segundo gobierno de Alan García se ha caracterizado por promover la inversión privada nacional y extranjera sin observar adecuados estándares ambientales o de derechos humanos, por la intolerancia frente a la crítica y las voces discrepantes –a las que ha calificado como “perros del hortelano”- y una creciente corrupción política, judicial y económica.

Ese es el origen del título del presente documento: graficar la evolución del APRA de un partido inicialmente revolucionario a un partido altamente clientelista y corrupto, en un ámbito específico como el control parcial y cooptación del sistema de justicia a través de diversas modalidades. En el presente trabajo pretendemos aproximarnos a este fenómeno y lanzar algunas hipótesis de por qué un “partido histórico”, y supuestamente democrático como el APRA, deriva en una práctica recurrente frente al sistema de justicia que, sin duda, erosiona el equilibrio de poderes y los necesarios “pesos y contrapesos” (“checks and balances”), sin los cuales arriesgamos el mismo Estado de Derecho, tal como lo han demostrado los nuevos autoritarismos en América Latina al vaciar de contenido la institucionalidad democrática capturando, entre otras, las instituciones del sistema judicial (el fujimorismo en Perú o el chavismo en Venezuela).

1. Contexto político y judicial

La Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), hoy Partido Aprista del Perú (PAP), es un partido político en el Perú fundado en 1924 en ciudad de México por un líder político histórico en el país: Víctor Raúl Haya de la Torre. Es un partido con 85 años de historia y sin duda ha sido y es un actor importante en la historia política del país; durante muchos años sus dirigentes y militantes sufrieron persecución, destierro o prisión, luego fueron oposición política, también han pactado con grupos políticos que antes los habían perseguido (la “cohabitación” con el ex dictador Manuel Odría en el siglo XX o la alianza con el fujimorismo en el siglo XXI) y han llegado al poder en dos periodos presidenciales de la mano de Alan García Pérez (1985-1990 y 2006-2011).

Partiendo de la constatación, por un lado, de la existencia de partidos políticos es esencial para el funcionamiento de la democracia representativa y, por otro lado, de la debilidad del sistema de partidos en el Perú, la presencia histórica del APRA en el escenario nacional debe ser considerada como necesaria, a pesar que su actuación no siempre ha contribuido a fortalecer el sistema democrático sino, con frecuencia, a erosionarlo, entre otros problemas, con graves actos de corrupción.

La corrupción y la ineptitud gubernamental en el primer gobierno de Alan García fueron de tal magnitud, que para ganar las elecciones presidenciales por segunda vez el año 2006, el candidato aprista tuvo que reconocer los errores del pasado y pedir una “nueva oportunidad” al país; así, en segunda vuelta electoral terminó siendo ungido Presidente como el “mal menor” frente al candidato “anti-sistema” Ollanta Humala.

Lamentablemente, ninguna investigación parlamentaria ni judicial, prosperó respecto a los actos de grave corrupción perpetrados durante el quinquenio 1985-1990 y, al caer Fujimori y Montesinos, García pudo volver al Perú a fines del 2000 debido a que la Corte Suprema declaró prescritos los delitos de corrupción que se le imputaban, archivándose definitivamente las causas judiciales en su contra. Sin duda, a esta impunidad contribuyó significativamente la “apristización” del sistema de justicia tan denunciada en las postrimerías de los ochentas y a la que hacemos referencia líneas abajo.

Por otro lado, durante los noventas, Fujimori y Montesinos sometieron y controlaron totalmente al Poder Judicial, al Ministerio Público, al Tribunal Constitucional (TC) y al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), tal como consta en un recordado vladivideo de abril de 1998 que muestra al ex asesor Vladimiro Montesinos exponiendo ante 13 congresistas y 2 ministros de entonces, en las oficinas del servicio de inteligencia, cómo habían logrado maniatar todas estas instituciones del sistema de justicia para asegurar la re-reelección de Fujimori el año 2000.

Este sometimiento y control total de las instituciones del sistema de justicia se hizo bajo el pretexto de una supuesta “reforma judicial” que se inició con la destitución por decreto-ley de gran parte de jueces y fiscales titulares inmediatamente después del autogolpe del 5 de abril de 1992, que prosiguió con la instalación de Comisiones interventoras del Poder Judicial y del Ministerio Público el año 1995 y que recién culminó con la caída del fujimorato a fines del año 2000.

Hay que reconocer que, en un inicio, Fujimori contó con el respaldo ciudadano mayoritario al adoptar estas medidas de intervención de estas instituciones[1], pues ciertamente el Poder Judicial y el Ministerio Público, antes de Fujimori, era, para decirlo sin tapujos, un desastre y muy difícil de defender, tanto en su desempeño (exasperante lentitud judicial) como en su imagen pública (lenidad, corrupción); tanto así que Fujimori re-bautizó mediáticamente al “Palacio de Justicia” (sede central del Poder Judicial) como el “Palacio de la Injusticia”.

Precisamente una de las acusaciones más serias que se endilgaba al Poder Judicial y al Ministerio Público a inicios de los noventa era su “apristización”, esto es, que durante el quinquenio 1985-1990 el APRA en el poder había logrado colocar como jueces y fiscales a muchos abogados vinculados con el partido, entre otras razones, para cubrirse las espaldas de investigaciones judiciales de corrupción o de violaciones de derechos humanos una vez que dejaran el gobierno: “… en las postrimerías del gobierno de Alan García (1985-1990) y a inicios de la década de los noventa, algunos medios de comunicación, analistas políticos y expertos, llamaban la atención respecto de la creciente injerencia e influencia aprista en los predios judiciales, en especial, a través de jueces y vocales afines a dicho grupo político, lo que impedía la investigación y juzgamiento de algunos casos de corrupción, incrementando en la ciudadanía la sensación de impunidad y consiguiente desconfianza en el sistema de justicia.”[2]

En su mensaje a la Nación por el autogolpe del 5 de abril de 1992, Fujimori justificó esta medida, entre otras razones, denunciando el “sectarismo político” en la judicatura, en clara alusión a la “apristización” de la que se hablaba.

Ante esta poco enorgullecedora historia judicial contemporánea, al caer el fujimorato y recuperarse la institucionalidad democrática, hubo un extendido consenso nacional –incluyendo a partidos políticos como el APRA que, sin duda, participaron en la transición y la Mesa de Diálogo facilitada por la OEA- que no debería volver a intervenirse el Poder Judicial ni el Ministerio Público y que todos debíamos contribuir a consolidar los pilares fundamentales del Estado de Derecho como el equilibrio de poderes y la independencia judicial. Lamentablemente, ya en el poder, el APRA no honró este compromiso que hicieron los partidos democráticos durante la transición.

2. Inicial promesa presidencial de desterrar el clientelismo en el APRA

Alan García –cuyo desastroso primer gobierno era una estremecedora sombra difícil de olvidar por millones de peruanos- logra pasar a segunda vuelta electoral con tan sólo 24% de los votos, ganando por escaso margen a la candidata de centro-derecha Lourdes Flores. Ya en segunda vuelta electoral, jugó a su favor la lógica del “mal menor” frente al candidato anti-sistema Ollanta Humala y gana las elecciones, también, por un estrecho margen: tan sólo por 700,000 votos de diferencia (tómese en cuenta que hay aproximadamente 16 millones y medio de electores en Perú). Este brevísimo recuento es para contextuar mejor este fragmento del discurso que García pronunció apenas ganó las elecciones, el 4 de junio del 2006, en el local partidario del APRA y frente a una multitud:

Alan les advertía a sus seguidores que no era un día de júbilo, sino de reflexión y contrición, y que había que dejar de lado para siempre los vicios rastreros que en el pasado le granjearon al aprismo igual repudio que censura.

"Nadie puede llegar al poder si no acepta los errores de los que es culpable. Esta vez tenemos que demostrar amplitud y convivencia. Que no se vea apetito desordenado, que no aprovechen los seudo apristas para encaramarse en la administración pública. Nada de frivolidades, nada de viajes, nada de asesorías, nada de sueldos suculentos, nada que signifique ofender al pueblo", exclamó García, ensayando un multitudinario y muy oportuno jalón de orejas (Renato Cisneros, diario El Comercio, 5 de Junio del 2006, Lima)

Así, este segundo debut de Alan García generó prudente expectativa de que había madurado, que había cambiado y que tanto él como su partido no volverían a cometer los gruesos errores del pasado. En esa línea, su primer gabinete ministerial encabezado por el ex Primer Ministro Jorge del Castillo, en efecto dio muestras de apertura política con la incorporación de algunos independientes como Ministros. Sin embargo, casi paralelamente se difundió un video (al parecer la política peruana es una “video-política”) en el que el ex Ministro aprista y ex secretario personal de Alan García, Agustín Mantilla, tranquilizaba a un grupo de militantes apristas asegurándoles que estas actitudes de apertura iban a durar sólo un año, tal vez año y medio, por una cuestión de imagen pública, pero que después los “compañeros” del partido iban a ir ocupando los cargos públicos. Hay que precisar que Mantilla fue condenado por el Poder Judicial y purgó prisión porque recibió 30,000 dólares directamente de Montesinos (hay un “vladivideo” también sobre el particular).

Lamentablemente, cuatro años después del discurso esperanzador de Alan García y de la sectaria predicción de Mantilla, consideramos que el segundo tuvo la razón. En la actualidad, en diversos sectores de la Administración Pública y del sistema de justicia, se percibe una creciente presencia de militantes apristas y preocupantes retrocesos en materia de transparencia de la información pública, según diversas denuncias periodísticas. A nivel ministerial, el APRA ha ido tomando el control de los ministerios que manejan más inversión pública para fines claramente clientelistas: transportes y vivienda o el programa de ayuda social de Foncodes. Como bien señaló premonitoriamente en una columna periodística el analista Carlos Iván Degregori hace algún tiempo: “Alan García no ha madurado, ha envejecido”.

Así es, Alan García ha demostrado en estos cuatro años de su segundo gobierno que aprendió las lecciones del mercado –ahora es un entusiasta promotor de las inversiones privadas en el país, a diferencia de su primer gobierno y enhorabuena que lo sea-, pero no las de la democracia, pues ha vuelto a incurrir en los mismos errores del pasado: cero en transparencia de la gestión pública, hostilidad e intolerancia frente al periodismo independiente y las organizaciones de sociedad civil, ataques al Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y varios escándalos de corrupción que involucrarían a altas esferas del gobierno y del APRA (como los escándalos de los “petro-audios”, Cofopri, los patrulleros chinos o los portatropas israelíes).

En dos ocasiones, el actual Gobierno anunció por todo lo alto una lucha frontal contra la corrupción: cuando creó la Oficina Nacional Anticorrupción (ONA) –al frente de una ex magistrada proba- y el Plan anticorrupción del actual Primer Ministro Yehude Simon; la primera fue desactivada un año después sin pena ni gloria y el segundo pasó totalmente desapercibido y sin impacto alguno (inclusive, fue sancionado por indebido uso de bienes del Estado el funcionario público que, paradójicamente, tuvo a su cargo la coordinación de este Plan anticorrupción). Recientemente, el ex Contralor de la República, Genaro Matute, lanzó una iniciativa anticorrupción ya sin el empuje suficiente para revertir todo lo avanzado por la corrupción en el presente gobierno.

Al respecto, en una encuesta de opinión pública aplicada en julio del 2010 por Ipsos Apoyo por encargo del diario “El Comercio”, claramente la ciudadanía tiene la percepción que la corrupción “ha empeorado” en el segundo Gobierno de García.[3]

Partiendo de la premisa que el equilibrio de poderes (los “checks and balances”) y la independencia judicial son piezas esenciales para el control de los actos de corrupción desde el poder ¿Cuál ha sido la actitud de Alan García y del APRA ante las instituciones del sistema de justicia? ¿Ha contribuido a fortalecerlas o, por lo menos, a respetar su independencia? Ciertamente que no. Por el contrario, ha mantenido las malas costumbres del pasado: cooptar y controlar –aunque parcialmente- jueces y fiscales a través de variados mecanismos:

•La manipulación de los procesos de designación parlamentaria de magistrados del Tribunal Constitucional.

•Promover que lleguen a la judicatura o al Consejo Nacional de la Magistratura, candidatos de filiación o familia aprista. La anulación del concurso para fiscales supremos por parte del CNM en febrero del 2010 por estar plagado de irregularidades, fue una clara muestra de esta manipulación desde el poder.

•Permitir que conocidos operadores de justicia (jueces, fiscales o abogados litigantes) mantengan sus redes de corrupción, a cambio de determinados favores judiciales. El actual Presidente de la Corte Superior de Lima, César Vega Vega, se mantiene en el cargo a pesar que en el 2009 se difundió un video en el que aparece en un mitin partidario del APRA.

•Presionar indirectamente a jueces y fiscales para influir en sus decisiones. Estas presiones pueden ser políticas, presupuestales, familiares, ofrecimiento de favores o privilegios, entre otros. El caso de los “petro-audios” no avanza a pesar de la gravedad de lo ocurrido y del tiempo transcurrido; por el contrario, las investigaciones están trabadas por mutuas acusaciones entre el Poder Judicial y el Ministerio Pública por la supuesta desaparición de la información electrónica incautada.

El segundo Gobierno de Alan García nos dejará una justicia menos independiente

¿Por qué en América Latina movimientos políticos históricos y con raigambre popular como el priismo, peronismo o el aprismo, han incurrido tradicionalmente en vedadas prácticas de clientelismo político?

En el caso del APRA y sus malas prácticas con la justicia, que ha vuelto a mostrar en este segundo gobierno (2006-2011), consideramos que ello es reflejo de su filosofía política: todo es objeto de disputa, todo es objeto de negociación, también la justicia. Si cooptar o controlar por presiones directas o indirectas a jueces o fiscales, o con dádivas o prebendas, va a significar menos investigaciones judiciales, menos denuncias fiscales en contra, entonces la cooptación o control de la justicia está justificado. Por otro lado, si cooptar o controlar va a significar más ataques -y más potentes- contra los rivales políticos, entonces está bien. Impunidad y ataque son pues los estandartes que justifican su vedada intervención en la justicia en el caso del APRA en Perú.

Esta lógica partidaria es, sin embargo, tan sólo una cara de la moneda. La otra es el dar empleo a sus militantes, ofrecerles beneficios económicos; razones poderosas sobre todo en un país en el que el desempleo y subempleo de los abogados es muy grande. Así, el APRA logra la simbiosis y reciprocidad perfecta del clientelismo latinoamericano en la justicia peruana: “te consigo empleo como juez, fiscal o procurador público y, a cambio, tú me ayudarás a proteger al partido y sus dirigentes frente a denuncias e investigaciones”. Por lo general, esta relación clientelar funciona con abogados que, de otra manera, no tendrían posibilidad alguna de acceder a un cargo público tan importante como el de juez o fiscal. Ciertamente, hay excepciones que confirman esta regla, como es el caso del ex Presidente del Tribunal Constitucional, el profesor universitario Víctor García Toma que, siendo un conocido militante aprista, durante su gestión como magistrado hizo prevalecer su lealtad institucional con el TC por encima de su lealtad partidaria, ganándose, por cierto, la ojeriza de la dirigencia aprista. En la actualidad es Ministro de Justicia y, nuevamente, a sabiendas de tu militancia aprista, fue consenso en diversos sectores políticos y de sociedad civil que llegaba al cargo una persona honesta.

¿Tiene solución esta tendencia atávica –y nada democrática- del APRA de meter las manos en la justicia? Es importante hacerse esta pregunta porque, volviendo a la premisa inicial de este documento, en un sistema plural de partidos políticos como el que deseamos para el Estado de Derecho, no es descabellado pensar que –más allá de simpatías o antipatías- el APRA vuelva a ser gobierno en el futuro. En ese sentido, ¿es posible pensar que las nuevas generaciones de apristas podrán desprenderse de esta filosofía política perversa respecto a la justicia? ¿Es posible pensar que en el debate político puedan ser convencidos que el APRA debe madurar democráticamente respecto a la justicia? En nuestra opinión, si el APRA no aprendió nada del traumático control político de la justicia que llegaron a ejercer Fujimori y Montesinos durante los noventas, entonces creemos que no; el propio Presidente Alan García y su familia fueron víctimas del férreo control que Fujimori y Montesinos ejercieron sobre la justicia a partir del golpe de Estado del 5 de abril de 1992, al negarse el Poder Judicial a recibir un hábeas corpus que su esposa y su abogado pretendieron presentar a favor de él.

La política es el mundo de lo posible, no de lo deseable y, por ende, lo que prevalecen, lamentablemente muchas veces, no son los principios sino los intereses. Si al APRA le va a seguir resultando rendidor cooptar o controlar parcialmente la justicia, lo va a seguir intentando cada vez que tenga el poder o la oportunidad. En consecuencia, ante lo escasamente probable de un auto-control partidario, creemos que la solución es externa a los partidos, esto es, que la imposición de drásticas sanciones legales o políticas o la derivación de graves consecuencias sea de tal costo político, electoral y social para el APRA o para cualquier otro partido, que en su balance de costo-beneficio, resulten demasiado onerosas sus prácticas clientelares en el sistema de justicia.

Por un lado, el sistema de justicia debería contemplar sanciones drásticas en contra de los jueces y fiscales con probadas vinculaciones –directas o indirectas- con los partidos políticos, como la destitución por parte del Consejo Nacional de la Magistratura, bajo la premisa que ello afecta un pilar fundamental de la impartición de justicia en todo Estado de Derecho como la independencia; para tal efecto, un conjunto de indicios probatorios debería ser, en estos casos, suficiente.

En el ámbito político, las fuerzas políticas con representación en el Parlamento deberían imponer sanciones drásticas contra aquellos que incurran en estas vedadas prácticas en la justicia, como la inhabilitación para ocupar cualquier puesto público hasta por diez años (que es lo que contempla la Constitución peruana). Es cierto que estas sanciones dependerán –a la vez- de la negociación entre los diversos grupos parlamentarios, lo que lo hace muy incierto; sin embargo, la aparición de otro partido que se plantee cumplir el papel de contrapeso al APRA y denunciar su injerencia en la justicia, sí podría contribuir.

Finalmente, en el ámbito ciudadano queda la responsabilidad de investigar y denunciar hechos concretos de esta cooptación y control parcial de la justicia, por un lado, a través de investigaciones periodísticas independientes y, por otro lado, a través de organizaciones de sociedad civil como ONG, universidades o colegios profesionales, con la permanente fiscalización de los procesos de selección de magistrados y seguimiento de las decisiones judiciales y fiscales, que pueden arrojar indicios de estas vedadas prácticas clientelares.

En síntesis, el balance del equipo de Justicia Viva del Instituto de Defensa Legal (IDL), es que el Presidente Alan García nos dejará en julio del 2011 una justicia menos independiente del poder político de la que recibió. Diversos indicios probatorios, casos de corrupción no sancionados (caso “petroaudios”), la injerencia partidaria en procesos de selección de magistrados y el cambio de criterios jurisprudenciales en casos “sensibles” al poder de turno (como el caso “El Frontón” o los casos de derechos humanos antes la Sala Penal Nacional), nos llevan a esa conclusión. Sin duda, esto constituye un grave retroceso en el fortalecimiento del estado de derecho en nuestro país, uno de cuyos pilares debe ser la independencia judicial. Creemos, además, que esa es una de las poderosas razones por las que la corrupción ha campeado en el presente Gobierno.

Con ello no queremos dar a entender que durante el Gobierno anterior de Alejandro Toledo hubo una prístina independencia judicial; también hubo intentos de injerencia política en la justicia (como el caso del vocal supremo Silva Vallejo, que fue destituido por asistir a la casa del Presidente cuando estaba juzgando un caso que involucraba al Jefe de Estado), pero -sea por debilidad partidaria o por convicción- lo cierto es que se dieron pasos importantes en el fortalecimiento de la independencia judicial y en la sanción de algunos intentos de corrupción e injerencia política; muestra de ello son, entre otros, un Tribunal Constitucional que en pocos años se ganó el respeto de la comunidad jurídica con sus fallos, la Sala Penal Nacional o el sub-sistema judicial anticorrupción. En cambio, en estos tres ámbitos ha habido, durante el Gobierno de García, notorios retrocesos.


Por otro lado, también es evidente que el sistema de justicia sigue sin mostrar avances significativos –ni en el actual Gobierno ni en el anterior-, por un lado, frente a las presiones, injerencias y corruptelas frente a los poderes fácticos, tanto lícitos como ilícitos y, por otro lado, en la solución y agilización de la gran carga procesal que el Poder Judicial sigue acumulando.

Si el APRA quiere corregir en algo esta segunda mala performance en materia de justicia, debería intentar al menos –en su último año de gobierno- contribuir a que el Parlamento elija a dos juristas independientes y de gran trayectoria profesional al TC (para que recupere la legitimidad muy venida a menos en los últimos años), dejar de presionar y atacar –a través del ministro de Defensa Rafael Rey o el vicepresidente Luis Giampietri- a los fiscales y jueces que están investigando y juzgando casos de violaciones de derechos humanos, permitir que el nuevo CNM designe a nuevos jueces y fiscales libre de presiones partidarias, entre otras medidas en una dirección similar.
--------------------------------------------------------------------------------
[1] La encuestadora Datum arrojó que 95% de los encuestados se mostraron a favor de la intervención del Poder Judicial, en tanto Apoyo arrojó un 89% de respaldo ciudadano. En: Lovatón Palacios, David, Cambios en el sistema de justicia y sociedad civil en Perú (1990-2002), Informe de Perú, En: Pásara. Luis (et al.), Justicia y sociedad civil, El papel de la sociedad civil en la reforma judicial: estudios de casos en Argentina, Chile, Colombia y Perú, CEJA, Buenos Aires, 2003, p. 358.

[2] Lovatón Palacios, David, Cambios en el sistema de justicia y sociedad civil en Perú (1990-2002), Informe de Perú, En: ob. Cit., p. 357.

[3] Diario “El Comercio” del 19 de julio del 2010, p. a6.