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lunes, 9 de agosto de 2010

El día de la jueza y del juez: ganas de celebrar la disidencia

FUENTE JUSTICIA VIVA

Autor(a): Cruz Silva Del Carpio
A esa característica es a donde debe apuntar la magistratura, sus autoridades y el sistema de la carrera judicial. ¿Está sucediendo ello ahora? La disidencia es "Separarse de la común doctrina, creencia o conducta" (Real Academia de la Lengua Española), que en el Poder Judicial actual es marcar distancia de situaciones como: la excesiva carga judicial, la demora de los procesos, el desinterés por los ciudadanos y ciudadanas que acuden al servicio de justicia, la invisibilidad de la mujer jueza y litigante así como de sus obstáculos para un trato igualitario en el sistema, las críticas a la independencia judicial, las críticas a las faltas de imparcialidad, los fallos y actuaciones cuestionables en casos paradigmáticos de derechos humanos y corrupción, la falta de medición del desempeño de la magistratura con estándares reales y progresivos de mejora, el desconocimiento de la realidad multicultural y las barreras de género, la falta de debida coordinación con los demás órganos del sistema de justicia (como el CNM, por ejemplo) para una carrera judicial de calidad, la ausencia de una mentalidad transformadora que sea el común denominador de la magistratura a nivel del trato a la ciudadanía como en los cambios internos desde sus autoridades, la falta de autocrítica entre pares por un incorrecto espíritu de cuerpo.

Mucho sea dicho y diagnosticado por una reforma del sistema de justicia desde hace más de un decenio… ahora, cuando ya los aires reformadores están ausentes, la tarea urge más. Se avanzó en normatividad estructural como la Ley de Carrera Judicial (que ahora, está bastante disminuida a como fue diseñada), pero ha quedado demostrado que si no se le interpreta adecuadamente ni se coordina para hacerla realidad, estamos en nada. ¿De quién es la tarea? Sin duda, no sólo de la magistratura, pero sí se requiere de ella. Con autoridades del sistema que no han sabido dar un vuelco de 180 grados, de forma permanente y estructural a las taras del sistema de justicia de hace varios años, la autoría del cambio recae con más fuerza en todas y cada una de las juezas, en todos y cada uno de los jueces. Difícil, claro, por los órdenes no dichos de poder dentro de la judicatura que en cierta forma han mantenido el statu quo, pero ahí está una conjunción interesante a probar más, entre transparencia y trabajo conjunto con la sociedad civil. ¿El requisito? Ser disidente, comenzar a transformar la cultura judicial, que va de la mano con la lucha frontal al poder de ese statu quo político, de conveniencia, de falta de transparencia.

Sin duda, se debe separar la paja del trigo. El juez y la jueza son actores centrales de la justicia que todos y todas queremos, que no podemos decir "felicitaciones" en general por las labores encargadas y cumplidas. La razón es muy sencilla: la justicia no está, a pesar de algunos signos en la actuación jurisdiccional, para celebrarla, así lo hemos observado (ver por ejemplo, De "El Antiimperialismo y el APRA" al "Clientelismo y el APRA" en el sistema de justicia. una justicia menos independiente nos dejará el segundo Gobierno de García). Pero en ello, bien vale la pena focalizar a aquellas juezas y jueces que, con los recursos que cuentan y sus diversas realidades personales, dan su mejor esfuerzo y sacan adelante la justicia que necesitamos. No es la mayoría de experiencias pero son, a ellas y ellos van nuestro saludo, porque son lo que necesitamos: una muestra viva de lo disidente.

Por ello es que no podemos seguir teniendo ejemplos de un juez que al parecer celebra con el procesado al que libera (ver: Un juez celebra con un ex reo que liberó. Perú.21, 04/08/2010) de autoridades del sistema de justicia que tuercen el quebrantan del sistema disciplinario desdiciendo la inconducta funcional declarada, del máximo representante del Poder judicial firmando públicamente un saludo al Cardenal cuando su institución es parte de un proceso judicial (ver: comunicado, El Comercio, 27/07/2010)... queremos más ejemplos de una jueza que a contracorriente garantiza los derechos de una persona con discapacidad, o que protegen los derechos de una alumna embarazada que es despojada de su eduicación por su gravidez, queremos más ejemplos de jueces que sancionen e investiguen bien.

Y por supuesto, queremos la decisión, actuación y coordinación de las autoridades judiciales con las instituciones correspondientes para que a la judicatura se le dé las mejoras condiciones de trabajo, garantías a su independencia y reconocimiento de sus méritos (sin dobles estándares). Eso, en medio de la actual reforma del reglamento de selección y nombramiento del Consejo Nacional de la Magistratura, la convocatoria a ratificaciones, el próximo cambio en la Presidencia del Poder Judicial y Cortes Superiores, de un día que invisibiliza a las juezas permanentemente, entre propuestas legislativas (ver: propuestas), se requiere de juezas y jueces que sean disidentes, que evidencien lo que anda mal incluso desde dentro y que impulsen los cambios que necesitamos. No se puede esperar mas.

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